martes, 2 de diciembre de 2008

Y encima me pagan...

Presentemos la situación:

Joven egresado buscaba trabajo. No le era imperativo conseguirlo, pero parecía una buena forma de posponer un poco de la redacción de su tesis de grado. Además, era la única forma de escapar de las quejas y reprimendas de aquel monstruo bipolar, sanguinario y sumamente incomprensible que el llamaba madre.



La paga no era un problema. Luego de trabajar por 40 dólares al mes, cualquier incremento sería bueno y una rebaja no sería posible (Dios mediante, como diría mi abuela).

Luego de recibir varias ofertas no sólo jugosas sino también carnosas, estaba total y completamente decidido por una. Gran sueldo, viajes, gente nueva... ¿Muy bueno para ser cierto? En efecto, porque me dijeron que "no gracias, pero suerte en el futuro". Luego de ese rechazo se vino una avalancha que ya parecía broma de VideoMatch.

Alfigido y abrumado (sí, igual que aquél tipo de la canción de Alci Acosta) me estaba resignando a la tesis cuando, en el horizonte, apareció mi hermano. En su bondad, me dijo: "¿quiere este trabajo? (pues sí, mi familia me trata de usted) Es bien guaso, pero por lo menos paga".
¿Guaso? Me preguntaba yo en mis adentros. Tal vez sea algo moralmente reprochable, o algo tedioso... Pero bueno, trabajo es trabajo. Llegué a la oficina de Compassion International (el nombre podría hacerlos sospechar) para que me expliquen mi nuevo puesto de corrector de estilo. El asunto no tenía nada de raro en sí. Todos los que hemos trabajado en eso sabemos como es el asunto. Cuando me entregaron la tarjeta con los números pude ver que el lema de la empresa es "Liberando a los niños de la pobreza, en nombre de Jesús"...
Y bueno... ¿Cómo pudo mi hermano decir que este trabajo es guaso? Tengo la oportunidad de leer y corregir textos como Yo también quiero ir al cielo y Soy Templo; me enfrento a definiciones como "La marihuana es un conjunto de tallos, hojas y flores de diversas plantas que creen en el oriente"; y, lo mejor de todo, supongo que me estoy ganando la salvación eterna... ¿Y encima me pagan? Definitivamente hay gente con suerte.