Hoy, mientras desperdiciaba el tiempo que debía haber dedicado a la lectura, revisé el blog de mi hermano (http://sudamericapedal.blogspot.com/) y me quedé boquiabierto. Me di cuenta (tal vez un poco tarde, luego de 4 meses de viaje) que tengo un hermano que es capaz de dejar todo y recorrer 7.314 kilómetros en bicicleta. Me di cuenta que ese tipo de "locura" (nótense las comillas) es el mismo que Don Quijote tiene al embestir a los molinos o Iván Vallejo al subir los 14 picos más altos del mundo, sin oxígeno. ¡Carajo! ¡Que tipos!
Leyendo las historias que, post tras post, el grupo de Sudamerica a pedal nos contó y que el Guabas nos sigue y seguirá contando me invade una profunda envidia. Este posiblemente será el viaje de sus vidas. ¡No! este posiblemente será el viaje más arrecho y bacán del que yo sea testigo. Uno se pone a pensar: "Estos son lo que hay. Estos saben lo que quieren."
Justo ahora recordaba el titular que diario El Extra puso acerca del partido de la segunda clasificación de la selección al mundial de fútbol ("¡11 machos con huevos de plomo!") y no pude evitar pensar que caía como anillo al dedo para estos ciclistas (figuradamente, en el caso de las chicas, por supuesto). ¿Quién más podría hacer algo así? Yo no conozco a nadie...
Y es por eso que la envidia se transforma en orgullo, si es que cabe la palabra. ¡Sí, ese es mi hermano!