domingo, 25 de mayo de 2008

Y el orgullo se me sale por los poros...

Hoy, mientras desperdiciaba el tiempo que debía haber dedicado a la lectura, revisé el blog de mi hermano (http://sudamericapedal.blogspot.com/) y me quedé boquiabierto. Me di cuenta (tal vez un poco tarde, luego de 4 meses de viaje) que tengo un hermano que es capaz de dejar todo y recorrer 7.314 kilómetros en bicicleta. Me di cuenta que ese tipo de "locura" (nótense las comillas) es el mismo que Don Quijote tiene al embestir a los molinos o Iván Vallejo al subir los 14 picos más altos del mundo, sin oxígeno. ¡Carajo! ¡Que tipos!


Leyendo las historias que, post tras post, el grupo de Sudamerica a pedal nos contó y que el Guabas nos sigue y seguirá contando me invade una profunda envidia. Este posiblemente será el viaje de sus vidas. ¡No! este posiblemente será el viaje más arrecho y bacán del que yo sea testigo. Uno se pone a pensar: "Estos son lo que hay. Estos saben lo que quieren."


Justo ahora recordaba el titular que diario El Extra puso acerca del partido de la segunda clasificación de la selección al mundial de fútbol ("¡11 machos con huevos de plomo!") y no pude evitar pensar que caía como anillo al dedo para estos ciclistas (figuradamente, en el caso de las chicas, por supuesto). ¿Quién más podría hacer algo así? Yo no conozco a nadie...


Y es por eso que la envidia se transforma en orgullo, si es que cabe la palabra. ¡Sí, ese es mi hermano!


sábado, 24 de mayo de 2008

¡Super duper!

Y bueno, se preguntarán el por qué del título. A simple vista, parecería que este post se va a tratar de algo realmente alhaja. Y quien piense esto tiene toda la razón. El post se trata de una de las consabidas historias jocosas que suceden en el diario trajín de la vida moderna.
La historia comienza con la ya mencionada situación de cuando un abejito y una abejita se quieren. La singular pareja de himenópteros camina cogidos de la mano (o patas en este caso??). Luego, el ocasional abrazo. De vez en cuando un beso, una cosa lleva a la otra y como diría mi madre "la carne es débil y el diablo empuja". Estando en esas, y cuando uno menos se lo espera... BLUN!
Para el efecto, la ciencia, en ese increíble y constante proceso de ir más allá, ha creado lo que Marla Singer, en Fight Club, denomina la "zapatilla de cristal de los tiempos modernos". Para todos los entendidos en este tema no hace falta nombrar al susodicho elemento de la vida cotidiana (y, por si acaso, digo cotidiana con todo el afán de presumir!) y sinceramente espero que sepan de lo que estoy hablando.
El hecho es que estaba yo caminando por la farmacia, coincidentalmente, por supuesto, cuando encontré la conocidísima sección. Chequeando las diversas marcas, modelos, diseños, tamaños y colores me encontré con una variedad casi estresante. ¡Tantas opciones! Ya iba a hacer el clásico "Santa María dame puntería" (frase cargada de una profunda ironía, en este caso) cuando divisé al fondo del anaquel un modelo que me ha hecho reír hasta ahora. La caja me aseguró que no solamente es bueno. Ni siquiera se conforma con ser genial. Tampoco se queda en lo maravilloso. Este modelo en especial es SUPER DUPER.
Con semejante publicidad y con un nombre con tan buenos augurios me limité a decir: deme dos.