Loco, te acuerdas de esa vez que nos fuimos a la playa........ Antes de que el interlocutor acabe la oración, tengo que interrumpir: No. No me acuerdo. Tengo una leve idea de quien eres, pero ni de eso estoy seguro ahorita.
Naaa, el caso no es tan grave. Lo exagero para poder crear ese ambiente de "suspense"... Juas! Pero aunque gran parte sea chiste, no le quita lo preocupante. Mi memoria es una mezcla nebulosa de rostros, lugares y nombres que, la mayoría de veces no tiene ningún sentido. ¿No les he contado la anécdota?
Me encontré con una chica (que yo, por supuesto, creía conocer) La saludo y ella me saluda de vuelta. Sigue la etiqueta de rigor: ¿Cómo estás? ¡A los años! ¿Qué estás estudiando?, etc. Cuando se acabaron las preguntas, me di cuenta de que en verdad no nos conocíamos. Luego del primer bochorno sólo pude balbucear: "Soy Juan Pablo, mucho gusto".
Y de esas situaciones, varias. Estoy considerando seriamente embutirme gingobiloba (¿se escribe así?) o cualquiera de esas milagrosas plantas chinas, porque, hasta ahorita, la única yerba que he probado no me ha servido...
La otra opción es comprar una agenda Pascualina o cualquiera que se le asemeje. Ahí podría escribir lo que necesito recordar y mantener mi diario íntimo, donde escribiría hasta mis más íntimos secretos. Ejemplo didáctico: "querido diario: ¡hoy me vio y sentí que el mundo se me desmoronaba! (¡por Dios! ¡Díganme que se nota el sarcasmo!)
Tercera opción: acabar este post y ponerme a hacer todos los deberes, de los que me acabo de acordar en este momento. Me decido por ésta. Además, me olvidaría de tomar las pastillas y de anotar en la agenda...